lunes, 29 de abril de 2013

Obras de Roca y Eva Perón



Obras  de Roca y de Eva Duarte

En el gobierno del presidente Avellaneda fue sancionada la ley N° 947, que destinaba 1.700.000 pesos para el cumplimiento de la ley de 1867 que ordenaba llevar la frontera controlada efectivamente por el estado argentino hasta los ríos Negro, Neuquén y Agrio, cumpliendo el artículo 21 de la Constitución nacional que señala: “Todo ciudadano argentino esta obligado a armarse en defensa de la Patria y de esta Constitución, conforme a las leyes que al efecto dicte el Congreso y a los decretos del Ejecutivo nacional”. Pues los malones de araucanos y tehuelches  atacaban los pueblos existentes en el sur hasta Río IV, matando, tomando cautivos, llevando como mancebas a centenares de mujeres y miles de cabezas de ganado que  vendían en Chile  o intercambiaban por fusiles Martini-Henry para concretar mejor sus tropelías. Esa legislación dio pie a la campaña del desierto, contra el indio iniciada antes por el Restaurador, que terminó con el saldo de 1313 cifra menor a la alcanzada por la primera Campaña del Desierto de Juan Manuel de Rosas que acabó con más del doble de ese número pues fueron 3200 los indios ultimados. A partir de ese momento resultó incorporado el territorio indio a la Nación, con muchos caciques vistiendo uniforme del ejército, además crecieron las poblaciones junto con el incremento de la actividad económica y el surgimiento de leyes como la de educación laica, la del Registro Civil, obras de infraestructura, caminos, kilómetros de ferrocarriles y puertos. Hoy a pesar de haber sido artífice de la República,  la figura del  conductor de la gesta del desierto, desaparecerá de los billetes de 100 pesos para ser reemplazados por los impresos con el rostro de Eva Duarte de Perón, señora que por ser esposa del presidente de la Nación fue  encumbrada por míticas opiniones que niegan o encubren dislates como haber armado con el poder de ser la  Primera Dama,  una Fundación con su nombre, con fondos que compulsivamente requería a distintos medios empresariales, los que de no hacerlo como caramelos Mu Mu y el Instituto Massone, dejaron de funcionar. Fondos que luego a lo Robin Hood trastocaba en bienes de todo tipo para repartir demagógicamente  a necesitados que a ella acudían, y otra parte destinaba a un vestuario muy importante y lujoso donde por ejemplo dio que hablar una estola de martas cibelinas, que un cálido día de julio lució en el Palacio del Pardo, ante un Franco azorado por el despropósito de ese vestir,  y que por las actuaciones no protocolares de la segunda esposa de Perón, hizo que el Caudillo dispusiera que en lo sucesivo ninguna encumbrada persona extranjera de visita oficial en España se alojara en esa residencia real. En síntesis su preocupación por el lujoso vestir con fondos ajenos a su propiedad es la mejor muestra que la llamada “Abanderada de lo humildes”, vivía una humildad muy lejana a la del Mahatma Gandhi, y por ende no merecedora del homenaje en los billetes de la Nación. Por lo expuesto la decisión de quitar la circulación de los billetes con la imagen del general Julio Argentino Roca, está teñida de pobre ideología que no tiene en cuenta que los pueblos que olvidan su historia, repiten sus desaciertos, porque el manipuleo de los datos por los progresistas es un acto de supervivencia pues como dijo  George Orwell: “Aquel que controla el presente, controla el pasado, y el que controla el pasado controla el futuro”.  Finalmente también a Julio Argentino Roca y a Eva Duarte de Perón por sus obras los conocemos pues como dice la Biblia en Mateo 7.16: “Por los frutos los conoceréis.

En la columna Correo de La Prensa del 4-02-2012 se publicó este extracto:

Cambios nominativos

Atento al artículo 21 de la Constitución nacional que señala. “Todo ciudadano argentino esta obligado a armarse en defensa de la Patria y de esta Constitución, conforme a las leyes que al efecto dicte el Congreso y a los decretos del Ejecutivo nacional”,  en el gobierno del presidente Nicolás Avellaneda fue sancionada la ley 947, que destinaba 1.700.000 pesos para el cumplimiento de la ley de 1867 que ordenaba llevar la frontera controlada efectivamente por el estado argentino hasta los ríos Negro, Neuquén y Agrio. Pues los malones de araucanos y tehuelches  atacaban los pueblos existentes en el sur hasta Río IV, tomando cautivos, llevando como mancebas a centenares de mujeres y miles de cabezas de ganado que  vendían en Chile  o intercambiaban por fusiles Martini-Henry. Esa legislación dio pie a la campaña del desierto, incorporado el territorio indio a la nación, crecieron las poblaciones junto con el incremento de la actividad económica y el surgimiento de leyes como la de educación laica, la del Registro Civil, obras de infraestructura, caminos, kilómetros de ferrocarriles y puertos. Hoy a pesar de haber sido artífice de la República,  la figura del  conductor de la gesta del desierto, desaparecerá de los billetes de 100 pesos para ser reemplazados por los de la señora Eva Duarte de Perón, encumbrada por míticas opiniones que negaban o encubrían dislates como los de la cumbre Franco – Evita, o la existencia de un vestuario importante y numeroso donde no faltaba una estola de martas cibelinas, ni un abrigo de finas pieles, adquiridos por quien solo tenía por ingresos las donaciones  obligadas a su fundación con la que  a lo Robin Hood, repartía bienes de todo tipo a necesitados..