Publicado como Feriados ampliados en la sesión Correo de La
Prensa del 02-01-2015
El reciente
decreto de feriados dispuestos por el Poder Ejecutivo merece por lo menos las siguientes reflexiones: Acrecienta si
ningún beneficio los tiempos para tirar
sobre los tiempos para guardar y buscar el trabajo sobre el tiempo de bailar (Eclesiastés
3)
Inflige una
valoración al ocio sobre el trabajo, que
crea el problema de a los empleadores de
pagar por horas no aplicadas tanto a la
producción como a la prestación de servicios, hecho que se ve agravado en el
campo de la salud donde los pacientes con turnos para su atención de un
diagnóstico, una terapia o una misma
operación quirúrgica, concertadas tiempo atrás, les es negada, aun en los casos
de operaciones que por lo general implican días de preparación con ingestas y
medicamentos.
Los feriados
a la administración pública por refleja la prevalencia del ocio de atender a la ciudadanía en todos los
aspectos que las disposiciones de control, tiene asignadas por ley o decretos.
Por el otro lado si nada significa ni provocan la suspensión de esos servicios
a la comunidad, significa que esos organismos son solo máquinas de impedir y no
facilitadores del derecho a trabajar y
de peticionar.
Desvaloriza el deber ciudadano de integrar la
sociedad y no espectador de los circos “romanos de ayer” y los “circos cibernéticos”
del ocio actual . A la par que por
privilegiar a unos pocos se desatiende a el resto de toda la ciudanía.
El calendario anual prevé los días de festejo, que
se amplían innecesariamente con el decreto cuestionado..
Lo peor aún es que el Poder Ejecutivo lo hace
invadiendo la jurisdicción del Legislativo,
el que por otra parte se mantiene ajeno a su deber de ser representante de los
ciudadanos, para ser acatador “neo
feudal”, inclinado ante la figura del ”rey republicano” de turno.
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