Al reflexionar sobre el 12 de
octubre y América, debemos hacerlo no hablando de genocidio pues todos los
países del mundo, son el resultado de un proceso jalonado por distintas etnias
que en su devenir, transferían su cultura a los sometidos, a la vez que tomaban
de ellos costumbres y modelos. Rusia es el ejemplar resultado de la sucesiva
confluencia de tribus protoeuropeas,
escitas de origen iraní, turcas, kazajos, varengos o rus, mongoles y tártaros.
Y que en nuestro país, sin mayor influencia cultural, existen
actualmente 38 etnias conocidas como tehuelches
y querandíes, y nada recibido de las 65 extinguidas de las regiones del
litoral, chaqueña, noroeste, centro, cuyana y patagónica. Actualmente en la población total, un 2,8 % de
los hogares argentinos tiene al menos un integrante que se reconoce perteneciente
a un pueblo indígena, creando una cultura predominante europea, pues salvo los
mayas la mayoría carecía de escritura.
Así lo vemos por la universalización del idioma español y la vivencia de religiones predominantemente
judeo cristianas, recordemos también que los criticados colonizadores españoles,
libres de 700 años de dominio árabe, devenían de habitantes de Hispania,
conquistada por fenicios, cartagineses, griegos y romanos que adoptaron la
cultura romana,
su lengua y sus leyes.
Como también que los aztecas, incas y mayas ejercieron un
feroz dominio esclavizante sobre las múltiples tribus existentes, llegando en el
imperio azteca a exigirles no solo pesados tributos sino la provisión de
hombres, mujeres y niños para sus ritos sagrados, consistentes en extraerles el
corazón y teñir de sangre las escaleras de las pirámides, donde a su pie los cuerpos eran canibalizados por la
gente.
Reflexionemos entonces sobre lo bueno recibido por la conquista
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