Sin calidad de vida
ciudadana por el bloqueo burocrático
Publicado en la revista
digital Enfoques Positivos Edición Nº
462 del 26-07-2012
Es bien conocido
que para dominar un país a otro, el más
fuerte impone al débil el bloqueo, para
impedirle tanto el ingreso de suministros
como el egreso de productos, buscando de ese modo quebrar su economía y someterlo. Cuando el
impedimento se hace prolongado y se extiende a todas las vías de ingreso o
egreso, hablamos de asedio o sitio.
Esta
situación de una política beligerante, tiene el apoyo militar que la hace
posible, y encuentra su ejecución ya en tempranas épocas históricas como el bloqueo de Esparta a Atenas alrededor del 405 a C., destinado a impedirle importar granos o comunicarse con su imperio. Y en épocas más
recientes, el bloqueo ruso a Berlín, superado al ser solamente terrestre, por
un abastecimiento aéreo que frustró el propósito moscovita. Y en nuestra
historia americana los sitios a
Montevideo el 1º en 1811, el 2º el de 1811 a 1814 y el tercero entre 1843 a 1851.
El
bloqueo tiene una forma no militar de
aplicación, cuando gobiernos
autoritarios con Leyes como las de Indias, coartan toda importación o
exportación que los ciudadanos en ejercicio del derecho de comerciar tienen.
Sus consecuencias son tan nefastas como las producidas por los bloqueos
impuestos por gobiernos extranjeros, llevando a la sociedad
a burlarlo por medio del contrabando y aceptando la corrupción
burocrática, ambas creadoras de un tráfico
de influencias que logra zonas de comercio en negro.
Este
bloqueo o asedio burocrático como el
militar impide fundamentalmente el comercio del país auto bloqueado, pues debe
dejar de producir aun lo que necesita por falta de insumos o porque al tener cantidades
no comercializadas debe detener la
continuidad de la producción. Ambas consecuencias del bloqueo se hacen sentir
más en la ciudadanía de los pueblos que en los gobiernos que la dirigen.
Lo
malo del asedio impuesto desde adentro, es que
respondiendo al adagio los de afuera son de palo, los foros internacionales no lo condenan,
permitiendo que millones de personas vivan con
sus derechos inalienables a la vida, la propiedad, propiedad y busca de la felicidad
conculcados, por autoritarios gobiernos muchas veces autodenominados
progresistas.
Lo expuesto muestra claramente que los naturales y extranjeros habitantes de la Nación Argentina, estamos sometidos a un asfixiante bloqueo por burócratas
partidarios avenidos en fuerzas beligerantes internas que mes a mes, día a
día, hora a hora, nos conculcan los derechos a la vida, a la libertad y a la
seguridad de nuestra persona, establecidos tanto en el artículo 14 de la Constitución
Nacional como en el inciso 22 del artículo 75, que incorpora
declaraciones de distintos tratados
internacionales como el Pacto de San
José de Costa Rica.
Hecho gravísimo pues el actual bloqueo es una virtual
máquina de impedir la creatividad ciudadana, que repercutirá fuertemente en la
calidad de vida de las generaciones actuales y venideras.
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