sábado, 1 de octubre de 2011

De las fuerzas vivificantes y aniquiladoras en las sociedades

En el mundo animado hay fuerzas anabólicas que ayudan a la vida y fuerzas catabólicas que provocan la defunción, fuerzas que también se manifiestan en las sociedades en todas las épocas en el Mundo, así cuando las fuerzas de tanáticas o catabólicas o aniquiladoras superan a las vivificantes o anabólicas la sociedad enferma o muere.

Para no llegar a este final en el campo biológico está el sistema inmunológico, y en el campo de las naciones las fuerzas sociales anabólicas o positivas  que cuando todo se cree perdido derrotan a los bárbaros bajo la dirección de un Manglio el Capitolino, o con la fuerza de su creencia quiebran el poder tanático que dominaba la India de Gandhi de 1948. Socialmente las fuerzas anabólicas se manifiestan en   ideas del Estado como salvaguardia de las personas, sus propiedades y su felicidad; en cambio las fuerzas catabólicas o tanáticas están en las voces y ejecutores del Estado Benefactor. 

Mientras el estado de enfermedad persiste la sociedad se siente mal, y cada uno de sus sistemas constitutivos vive ese dolor, esa desazón. Pero el dolor es una señal buena pues impulsa a los ciudadanos a buscar una salida para todos los que tienen una mala sensación económica.

No olvidemos que los déficit fiscales por  años se cerraron muchos con préstamos a altas tasas, otros con impuestos que implicaron siempre recortes a las sumas productivas y consumidoras del país, como también emitiendo deuda pública o bonos que serán rescatados en el futuro con dinero proveniente de los mismos contribuyentes,  a tasas superiores a las dadas en el mercado al comercializar los productos del campo, la industria, los servicios o el entretenimiento, otros tomando dineros del Banco Central o de ANSES el organsmo que administra la jubilcón de reparto y finalmente no pagando la deuda pública como con los acreedores  del Club de París.

Desde hace años la casi totalidad de las fuerzas políticas están integradas mayoritariamente por hombres esforzados por ganar y obtener privilegios sobre el resto de los votantes y sus familias, a costa de incrementar el gasto público, acompañados de aprovechadores de la situación que pagan con baratijas hermosas aerolíneas, autopistas, multimedios  o industrias con rueditas. Los puestos políticos son unos 10.000 en todo el país, mientras llegan a 190.000 los privilegiados de las máquinas de ñoquis especialistas en jubilaciones de privilegio, viáticos y prebendas. Esta politicocracia integra parte de las fuerzas catabólicas que están destruyendo la Nación.

Otros integrantes de las fuerzas catabólicas son aquellos que como fumadores inocentes envenenan las fuerzas productoras de bienes y servicios, especialmente estos últimos que ocupan un 70% de las fuentes de trabajo, contra el 30% de la industria. Y se las mata con constantes reglamentaciones y papeles, llegando así a una sociedad donde quien no está anotado no existe, quien no tiene el certificado de defunción sigue vive, y quien no tiene papeles no pude comerciar; cuando hasta 1914 el pasaporte no existía y el traslado de las personas tras las fronteras era libre, hecho que facilitó las corrientes migratorias hacia América especialmente impulsadas por los malos gobiernos europeos incapaces de crear  un medio de respeto a las personas y sus propiedades; y hoy son promotores de la emigración de talentos argentinos de todas las edades, especialmente jóvenes sin futuro, en un país donde crece solo la industria del cartonero y la creación de la planta estatal, provincial o municipal.

Hoy las fuerzas anabólicas se ven impulsadas por delincuentes de toda laya que secuestra a los ciudadanos hombres, mujeres y hasta niños,  a las que se suman los piqueteros, apoyados por medios que viven del Estado, y políticos que los usan con fines electoralistas y de presión de la sociedad, incrementando este grupo industriales mediocres, que siguen necesitando de favores para mantenerse fabricando muchas veces caro y otras con baja calidad; frente a Empresarios con mayúsculas que saben producir a precios competitivos en el gran mercado internacional.

Acabar con las fuerzas anabólicas es la prioridad número uno de la Nación para no desaparecer como sociedad

Vayan unos ejemplos comparativos, donde en primer lugar está señalado el accionar de la mayoría de la Alta dirección y los gerentes de las empresas a los que se denominan “directivos” y en segundo el actuar de esa mayoría de los políticos en función pública a los que se nombramos “burócratas”; 1) mientras en una empresa los directivos productivos recorren cada vez más las áreas de producción, los burócratas improductivos recorren  ciudades de distintos países; 2) los directivos  establecen diálogos con la gente, los burócratas por los celulares hablan con aquellos con los que pueden sacar una diferencia; 3) los directivos  buscan por concurso los más idóneos para integrar sus equipos, los burócratas  buscan acomodar a familiares amigos y amigas;  4 ) los directivos capacitan a sus empleados, los burócratas se capacitan en crear impuestos que alimenten sus sueldos; 5) los directivos achican las cadenas de mando, los burócratas acrecientan los ñoquis; 6) los directivos eliminan gastos innecesarios, los burócratas inventan tasas que encarecen la producción; 7) los directivos escuchan a los clientes y se preparan desde un inicio para jubilarse con más de cuarenta años de servicio y 65 de edad, los burócratas  buscan el puesto para  luego de unos pocos años tener una jubilación de privilegio. En síntesis los directivos crean no sólo bienes y servicios, sino puestos de trabajo, procurando la felicidad de los clientes, mientras que los burócratas crean trabas a la producción y esquilman al electorado al que además mil veces le mienten. (Dijeron burócratas: El que apuesta al dólar pierde o el que puso dólares recibirá dólares, o  el que compraba diez vasos, podrá comprar diez vasos)

 En otras palabras las fuerzas anabólicas tratan de ofrecer productos, servicios y entretenimientos de calidad al menor costo (el teléfono celular es un buen ejemplo de calidad industrial),  mientras la mayoría de los políticos en función pública con su labor no ayudan a la mayor libertad de los ciudadanos, a la defensa de la propiedad privada, a la seguridad, a  la salud y a la educación. No procuran al bien común, sino al bien propio, sin preocupación de los costos, a punto tal que la cuarta parte de los mejores remunerados del país se encuentran en la administración pública. Ya lo señalaba Ortega y Gasset en “Mirabeu o el político”, el Político con mayúsculas trabaja para que la máquina de la Nación opere para el crecimiento de la Nación, el político con minúsculas trabaja para que los habitantes de la Nación trabajen para él y sus allegados; en otras palabras es un “neomedieval” que esquilma al pueblo para su beneficio y de sus allegados de cortesanos y bufones.

Dos  muestras  más de esta iniquidad, la primera la interminable lista de secretarias, direcciones, subdirecciones de organismos oficiales que obra en la  guía de teléfonos que desnuda una parte de las fuerzas tanáticas. La segunda se ve recorriendo la  propia casa u oficina donde se encontrarán todas las cosas y servicios que son frutos del capital privado como remedios,  electrodomésticos, artículos para el hogar, mobiliario, luces, pinturas, puertas, ropa, accesorios, libros, discos, decorados, teléfonos, fax, computadoras, posibilidades de internet, discos con registros de todo tipo de música, etc.


Si en cambio se desea ver que le dieron los políticos, hay que leer  los impuestos que obran en las facturas de servicios, recuérdese el IVA, o que la nafta vale aquí por gravámenes más del doble que en Estados Unidos, o que por no recibir seguridad se paga vigilancia particular, o para tener atención de salud muchos tienen su propia prepaga, o ante la fallas en lo educativo se envían los hijos a escuelas o colegios privados.

Está siendo  la hora, como quería Torquenville de limitar al parlamento, como se había limitado al rey, mientras tanto es necesario que los señores parlamentarios trabajen como los gerentes, con una o dos secretarias que la empresa les provee, o ninguma pues hoy una computadora le permite escribir, comunicarse y alanzar todos los conociminetos necesarios para un proyecto de ley. No es posible que dividiendo el número de agentes de planta permanente y transitoria por el de legisladores, nos dé un valor no menor de 50 agentes por parlamentario, pues ese número de personas ñoquis, chóferes o peluqueros jamás se da en el campoprivado, pues no hay empresas con esa cantidad de gente destinada a no dar servicio alguno y menos sin incrementar el valor de lo que han recibido, y menos aun para peinar a los directivos.
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El presidente, el vicepresidente, los parlamentarios, los ministros,  los secretarios los subsecretarios no están para hablar de la herencia recibida, o de los mercados manejados por unos jóvenes atentos a las pantallas de las computadoras; ni permanentemente hablar del pasado y no atender el presente de sus conciudadanos, olvidando que existen para crear leyes que faciliten la producción, la prestación de servicios; y que no están tampoco  para buscar consenso para distribuirse sillas ministeriales, sino para a tener sensibilidad para percibir el reclamo de la sociedad.  Además  están para gobernar los 365 días del año, sean del poder ejecutivo, legislativo o judicial, todos los años que cubre su  período. Período y silla a la que ellos se postularon para trabajar en pos de los demás. En una nación donde gran masa de los que trabajan laboran 12 a 14 horas diarias, no hay cabida para vacaciones de verano e invierno, como no hay cabida a un aguinaldo que es un premio para los que trabajan y producen. Quienes no estén dispuestos a trabajar sin pausa ni descanso todos los días de su mandato, en el país,  que no se postulen, que se queden en sus casas amasando los únicos ñoquis que tanto les apetecen. Este es el mandato que las fuerzas anabólicas deben imponer a las catabólicas que la están matando.

Para no llegar a este final en el campo biológico está la medicina, y en el campo social los “estadistas visionarios” con mayúscula que sacan a la sociedad de la postración con ideas y acciones que incrementan las fuerzas creativas de la Nación, cu,pliendo a raja tabla los postulados de la Constitución.

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