lunes, 11 de junio de 2012

Bases para protestas de efectividad republicana



Falta en los cacerolazos una propuesta que seduzca, que convenza, que entusiasme a los miles de indignados, para llevar a la gente a mostrar que lo cacerolazos son la respuesta indignada de  la mayoría afectada por un modelo que ha hecho tabla rasa de los derechos ciudadanos establecidos en la Constitución, como son el derecho a la vida, la libertad, la propiedad y la búsqueda de la felicidad. Cada uno sentirse un “indignado” con el modelo que incrementó la pobreza, la indigencia, la inseguridad, la inflación, el miedo  y puso al país fuera del mundo económico.
Esa muestra debe ser numerosa en las plazas importantes de las ciudades y concretadas en jornadas no mayores de una hora y media (18:30 a 20:00), sin banderas partidarias y que se finalizarían cantando el Himno Nacional.
En su desarrollo deben estar ausentes las groserías, los gestos procaces, los cánticos con malas palabras, los afiches bastardos, para mostrar que los indignados, tienen otras formas de comunicación  y una propuesta para retomar el camino de la Republica perdida con el modelo de la Constitución de 1853, sin las reformas del 55 ni del 94, 
Un modelo invitando a constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino; invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia. 
Un modelo donde prime el no hacer a los demás lo que no deseamos que ellos nos hagan a nosotros. 
Todo al son de las cacerolas, hechas parches de tambores republicanos y gargantas pidiendo constitucionalidad gubernamental.

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