sábado, 23 de junio de 2012

Malos postulados políticos IV: aplicación partidaria y gubernamental



Las partes I II y III de esta serie "Malos postulados políticos" se publicaron los días 7. 17 y 25 e mayo del año 2012
Aquí se pone de manifiesto la aplicación de la ideología marxista-leninista, que produjo  210 millones de muertos, superando lo 20 millones del  nazismo y los  30 millones de Japón, cifras y que a pesar de su carácter nefasto en la República Argentina fueron incorporadas muchas de sus ideas en las cartas orgánicas de partidos no necesariamente de izquierda o integran textos constitucionales, o son divulgadas en las aulas escolares o en los claustros universitarios, tiñendo el accionar del poder, y que al concretarlos  especialmente en estos últimos años, han pisoteando y dejado de lado  la Constitución de Juan Bautista Alberdi. Visión y conocimiento necesario de  la ideología roja,  pues solamente si exigimos el abandono de leyes y acciones gubernamentales que los instrumentan, volveremos a tener la República Argentina.

El articulado ideológico leninista marxista ha concretado en la República Argentina como en muchos países estos cinco propósitos políticos.

1 -Ruptura de valores culturales
2.-Intervención estatal de  toda la economía
3.-Control y manipulación de los medios
4.-Organización de ONG y fuerzas para policiales para neutralizar  opositores y acrecentar la difusión del ideario rojo.
5.-Neutralizar las Fuerzas armadas

Primer propósito rojo: Cambiar, tergiversar o devaluar las creencias culturales, históricas y de moda en  las sociedades no comunistas como la moral, religiosas, políticas, económicas, de seguridad. Buscar abolir todas las leyes contra la obscenidad definiéndolas como “censura” y violación a la libertad de expresión; demoler las normas culturales del sentido moral, fomentando la pornografía en libros, periódicos ilustrados, cine, radio y TV; presentar la homosexualidad, las degeneraciones y la promiscuidad de sexos como “normales, naturales y saludables. Para finalmente crear una nueva cultura de postulados marxistas leninistas que aseguren primero la toma del poder sin una revolución y luego su permanencia en él.

La idea directriz de Bernstein, como de Gramsci y Marcuse, considera que se puede por la vía de la democracia acceder al poder, disfrazados de corderos para lo cual se subvierten las instituciones sociales, familia, matrimonio, iglesia, educación infantil, adicciones a las drogas, al alcohol a la prostitución, el aborto y las escalas de valores de la sociedad. Dentro de esta línea argumental se propiciará crear una anticultura a través de la cual sus mentores se auto señalan  permanentemente como la vía de solución de las distintas deficiencias sociales como la pobreza, el desempleo, fallas en la educación y en la  salud, las creencias como opio del pueblo, empleando todas las formas de manipulación posible, como también para “la mentira  primera de todas las fuerzas que dirigen el mundo” (sic  Jean Francois Revel),  denostando  tanto  las ideas opuestas como a sus mentores, a los que se los silenciará de cualquier forma.

 Segundo propósito rojo: Tomar como principal campo de batalla para la victoria de la revolución la intervención estatal sobre la totalidad de la economía, ya sea interviniendo, expropiando, confiscando o acentuando el control de las empresas privadas, además  crear empresas estatales o semi-estatales, apoyar desenfadadamente el “capitalismo de amigos”,  crear organismos afines sin control, fijar las tasas, el tipo de cambio, controlar las exportaciones e importaciones; fijar precios máximos a los bienes de consumo masivo, a los precios de combustibles, de los servicios públicos de agua, energía, telecomunicaciones y medios audiovisuales; establecer  niveles de stock; controlar los mercados bursátiles, de cambios,  de vacunos, de cereales, de comercio,  de lácteos, de servicios, centralizar los créditos, colocar la banca en manos del Estado, nacionalizar los recursos naturales.

Tercer propósito rojo: despojar cuanto antes a la clase opositora de los medios masivos de información y propaganda,  buscar imponer el monopolio del periodismo gráfico, oral y visual,   ya sea interviniendo, hostigando, expropiando, confiscando o acentuando el control de los medios privados; además  crear radios, canales, cables, periódicos, revistas, programas, artes  estatales o semi-estatales;  apoyar económicamente sin desenfado “ los medios de amigos”; intervenir, expropiar, confiscar o acentuar el control de la fabricación de papel de diarios, como su importación y su precio de venta;   crear organismos afines sin observación parlamentaria para el control  de periodistas y su matriculación; aplicación discrecional del estado de sitio, asaltos y atentados a diarios y periodistas no afines;  limitar el número de páginas a los periódicos, usar al máximo el manejo discrecional de la  propaganda oficial o aprietes telefónicos y presión de la propaganda callejera de afiches, levantar programas, cerrar tanto radios como  canales no afines, interferir las frecuencias de las emisoras de la oposición, crear organismos oficiales de prensa y difusión, con características de KGV soviética o las SS nazi. En síntesis establecer al máximo la sensación de miedo  para coartar los deseos de libertad de los ciudadanos, pensamiento compartido por Eneas Biglione cuando dice: “pese a despotricar día y noche contra el capitalismo y sus avances tecnológicos, los caudillos latinoamericanos explotan las bondades de las más modernas técnicas de comunicación para conquistar las mentes de sus connacionales y alterar la percepción de la realidad”

Cuarto propósito rojo: crear bases de poder extraparlamentario, más poderosas que las organizaciones de masas omnímodas (tipo grupos de protesta) para en el caso de ser necesario, contar con grupos activos, masas populares y reaccionarias para sostener al gobierno ante un golpe de Estado.

Quinto propósito rojo: Considerando que en el siglo pasado las fuerzas armadas neutralizaron o anularon la transformación marxista de distintos países sudamericanos, se impone, neutralizarlas  totalmente, por medio de tres opciones: a) Una purga a fondo, el descabezamiento de las cabezas de mando y la purga permanente de los elementos inseguros entre los jefes y oficiales.  b) Una paulatina reducción de los efectivos y del presupuesto de defensa, para tornarlas sin importancia ante un grave clima político gubernamental. c) Creación de grupos armados independientes, policía móvil, milicias populares o paramilitares controladas políticamente.


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